viernes, 23 de agosto de 2013

Lectura 1: Comunicación para la Salud del Pueblo - Luis Ramiro Beltrán.

Con este documento de Luis Ramiro Beltrán iniciaremos la discusión sobre los lineamientos que determinan el campo de la Comunicación y la Salud (Comunicación en Salud o Comunicación para la salud).

Actividad de lectura
Fecha: Viernes 23 de Agosto (4:00pm) hasta Viernes 30 de Agosto (12:00md)
  1. Realice una lectura completa y reflexiva del texto.
  2. Plantee sus reflexiones y/o preguntas a partir de las inquietudes que le deja el documento. 
  3. Realice sus comentarios en este post (al finalizar). Recuerde que debe identificarse con su Nombre y Apellido. 
  4. Revise durante la semana los comentarios de sus compañeros y alimente la discusión con sus aportes.
Actividad para la Clase del 30 de Agosto
Llevar a clase papel de reciclaje, marcadores y cinta pegante. Este material se utilizará en la construcción colectiva de un mapa conceptual. 



El Autor
Luis Ramino Beltran (Oruro, Bolivia. 1930 - ). Teórico de la Comunicación, escritor y periodista.

Principales áreas de estudio:

  • Democratización de la Comunicación
  • Creación de un modelo de Comunicación horizontal
  • La Comunicación en sectores rurales, populares y en condición de vulnerablidad.
  • Los escenarios de la comunicación alternativa. 
  • La construcción de una perspectiva de la Teoría de la Comunicación desde las realidades del sur. 

viernes, 8 de marzo de 2013

Despenalización, un asunto de Salud Pública

"Quien decide consumir drogas elige una forma de atentar contra su salud, de la misma manera como lo hace el que se mutila o busca quitarse la vida; por eso la reacción del Estado frente a esa clase de comportamientos debe ser la misma, es decir brindar atención médica o psicológica a quienes así actúan". Despenalización de la droga es una propuesta más fácil de formular que de cumplir. Revista Cambio – Edición Digital
Fuente de la Imagen: blogsaludmentaltenerife.blogspot.com 
La población colombiana a través de su historia ha estado marcada por la inequidad, por la disfuncionalidad, por la inestabilidad, que le hacen propensa al flagelo de la drogadicción; en este sentido, es necesario intervenir a producción y distribución, es necesario invertir en el tratamiento de los adictos y su rehabilitación, pero es vital que invirtamos en la formación del individuo desde sus principios, y no se trata de programas educativos o campañas publicitarias, esto solo se lograra con políticas sociales que reparen las heridas que afligen nuestro pueblo.

En este segundo momento de la reflexión sobre la propuesta de Despenalización del consumo y porte de la dosis mínima de drogas sintéticas en Colombia, buscamos ahondar en los ámbitos que, desde la promoción de la salud, pueden fortalecerse para incidir en la reducción de nuevos consumidores y en fomentar la rehabilitación de los consumidores activos, lo cual es una tarea que trasciende la responsabilidad de los profesionales de la salud y se sustenta en el desarrollo de propuestas transdisciplinarias orientadas al fortalecimiento de todas las esferas de lo social.

1. La salud como primera Opción: Programas de Educación para la salud centrados en el autocuidado. Políticas públicas, medios de comunicación, instituciones públicas y privadas que orienten sus acciones hacia la formación de individuos interesados en su salud y conscientes de que son los primeros responsables de su bienestar, ello implicaría también los esfuerzos por la rehabilitación de quienes se encuentran dentro de los panoramas de riesgo.

En este sentido, la Alcadía Mayor de Bogotá D.C., propuso centros de atención a los consumidores, donde se les proveería a los usuarios las condiciones de salubridad que disminuyan problemáticas de salud asociadas a la drogadicción, y la posibilidad de contar con atención profesional para su rehabilitación; iniciativa que desencadenó una seria de argumentos en contra, por tildar la propuesta de “promoción deliberada del consumo”.

2. Fortalecimiento de la familia: Es sabido que la familia como primer escenario de socialización ha perdido su rol formador en la sociedad, es indispensable recuperar la responsabilidad de preparar a los hijos para la vida, sin dejar esta tarea sea un compromiso exclusivo de la escuela.

3. La Escuela como escenario saludable: La escuela como escenario de formación del individuo y consolidación de su “ser social”, para lo cual es necesario que pensar en ella como un entorno de sana convivencia, centrado en la promoción de estilos de vida sanos, que proporcione a los niños y jóvenes las herramientas para el desarrollo de sus potencialidades, centrado en los intereses particulares.

4. Jóvenes promotores de buenas prácticas: Propuestas que posibiliten que los Jóvenes se expresen a través del arte y la cultura, promuevan la interacción, el libre desarrollo de la personalidad y el fortalecimiento de espacios de ocio, redundaría en la disminución de prácticas nocivas, que son derivadas primordialmente del encasillar el “ser joven hoy” a los imaginarios del “ser joven ayer, antes de ayer o en el siglo pasado”.

5. La ciudad como lugar de convivencia: en este ámbito se involucran los esfuerzos de todas las instituciones, orientados al aprovechamiento de las posibilidades del contexto próximo, lo que implica el ejercicio de la tolerancia, el respeto, la convivencia pacífica, la posibilidad de generar propuestas conjuntas y de asumir retos que posibiliten el crecimiento social. Una ciudad formadora, una ciudad pacífica, una ciudad que acepte la diferencia y promueva la integración.

Fuente de la Imagen: blogsaludmentaltenerife.blogspot.com 
Las propuestas enumeradas fuerzan, necesariamente, a asumir que la responsabilidad de la lucha contra la drogadicción en particular, y contra todas las problemáticas de salud pública en general, es un compromiso que traspasa todos los niveles de lo social, donde cada persona, cada familia, cada institución y cada ente gubernamental debe estar en la tarea de elevar aquellos factores que protejan la salud y disminuir los factores de riesgo en todos los escenarios.

Texto: Yorlandy Andrea Quiñónez S.
Magíster de Comunicación y Salud
Módulo 2: Salud Pública, promoción y Educación para la Salud

lunes, 4 de marzo de 2013

DROGAS EN COLOMBIA, MÁS QUE UN PROBLEMA CRIMINAL

Fuente de la Imagen: www.colombia.com

El narcotráfico tiene sus orígenes en Colombia desde los años setenta con la aparición de diferentes carteles que para consolidar su monopolio se valieron del gobierno central logrando posicionar al país como el principal productor de drogas ilegales; esta situación atrajo la intervención de la comunidad internacional en la lucha contra las drogas dificultando su exportación y forzando así el crecimiento del mercado interno, conocido como “microtráfico”. Este cambio de ruta ha despertado el interés de los salubristas en el país quienes reportan alarmantes cifras en aumento del consumo interno.

El Estado además de tener que enfrentar el fenómeno criminal que se desarrolla en torno al narcotráfico, ha tenido que enfrentar el creciente fenómeno de drogadicción que en sumas representa un alto costo directo en sistema de salud, y sin considerar el costo indirecto al afectarse la productividad de su población.

Esta situación ha obligado al gobierno colombiano a dar un giro en las políticas de lucha contra las drogas, dando espacio al debate sobre medidas alternas como la despenalización de la drogas sintéticas, lo cual se sumaría a la normativa vigente que permite el porte y consumo de la dosis personal de drogas derivadas de productos naturales, como es el caso de la marihuana y la cocaína.

Así pues, el debate público sobre la Despenalización de drogas sintéticas, que busca generar “alternativas más audaces” en la lucha contra el narcotráfico, ha despertado diversas posturas a favor y en contra de la iniciativa.

Lo postura mesurada ante la despenalización argumenta que en los casos anteriores (cocaína y marihuana) no se evidenció un aumento del consumo y que esta medida ha sido un éxito en algunos países europeos, como Holanda, por ejemplo; por otra parte, la visión fatídica señala que el Estado no se encuentra en condiciones para sostener la despenalización de productos que se producen y distribuyen de forma ilícita, lo que contribuiría a fortalecer el microtráfico y el narcotráfico.

En lo único que coinciden las dos miradas es que el consumo es un grave problema de Salud pública lo que ha permitido reconocer la adicción y el abuso de las drogas como blanco de intervención en contraste al modelo guerrerista implementado durante años.

Es este un gran paso para la salud pública del país, la cual debe hacer frente a la problemática desde la educación, con la puesta en marcha de programas de promoción de la salud centrados en el fortalecimiento de la persona y orientados hacia el desarrollo de sus potencialidades, con un alto componente ético, fortaleciendo el concepto de familia, es decir, programas de Promoción de la Salud y Educación en Salud centrados en el desarrollo del carácter, lo que incidiría en la reducción de nuevos consumidores y la rehabilitación de los consumidores activos.

Además, la despenalización permitiría el fortalecimiento de otras acciones de salud pública centradas en el tratamiento de los adictos y la ejecución de programas efectivos que prevengan el consumo, dando respuesta a la alarma proveniente de las Naciones Unidas donde se indica que Colombia está consumiendo 130% más de cocaína que el promedio mundial; acciones que justificarían los cerca de 150 millones de dólares que el país invierte cada año en la lucha contra el flagelo de la drogadicción. En los últimos años Colombia ha pasado de ser Productor-Comercializador, a ser Consumidor-Productor-Comercializador, lo que le suma al país un flagelo adicional al de la guerra y el narcotráfico.

Por ello es que la despenalización de las drogas representan un tema de gran interés para los salubristas, pues sus repercusiones no se limitan al consumidor como individuo, que de por sí solo ya tiene gran potencial de afectar el interés poblacional, sino porque para que la droga llegue al consumidor antes involucra una larga cadena de producción, distribución y comercialización, sin considerar la segregación social y violencia que se desarrolla en paralelo a esta problemática.

El impacto de esta medida redundaría en establecer lineamientos claros que posibiliten la rehabilitación de los consumidores, y fortalecer las acciones contra los traficantes, proveedores y promotores del consumo.

Claro está que, con o sin despenalización, la drogadicción ocupa un lugar determinante en las problemáticas a las que se enfrenta la Salud Pública en el país y, en este sentido, los medios de comunicación posibilitan difusión de argumentos a favor y en contra de la iniciativa del gobierno, sin embargo, a la fecha no hay avances contundentes en propuestas para dar solución a la problemática.


Texto: Yorlandy Andrea Quiñónez S.
Magíster de Comunicación y Salud
Módulo 2: Salud Pública, promoción y Educación para la Salud